miércoles, 31 de diciembre de 2008

Jørn Utzon - Casa Can


Extractos de una entrevista a Jørn Utzon, uno de los arquitectos mas importantes en la historia de la arquitectura, creador de la Opera de Sydney, La casa Can, y muchas otras obras mas, nos habla sobre su arquitectura, su vida y su último proyecto, su casa.

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Utzon habito la mayor parte de sus últimos años “en el paraíso”, dice, en Can Feliz, Felanitx, en su casa y última obra, de 1994, un espacio utilitario que representa un manifiesto de estética y sencillez. Son volúmenes de piedra arenisca desnuda con grandes ventanales abiertos entre columnas.
“La gente decía: ‘Está inacabada, falta blanquearla”, indica.Sin apenas calefacción, ni un ápice de aire acondicionado, los Utzon habitan esta casa de colina, con mucho sol en invierno y sombra en verano. Las ventanas no son practicables y no están protegidas. “Por razón de trabajo. Las mujeres faenan demasiado limpiando puertas y persianas. Con dos puertas es más barato, sin sobrepuertas interiores”, dice el arquitecto.Abunda en detalles: los dobles muros frenan la humedad y el calor, las piedras del suelo de Santanyí tienen la misma posición que las vigas curvadas del techo. “Hay que respetar los elementos y proporciones”, dice, y muestra en un muro “una ventana sellada, una corrección en la nueva obra. En casas de 500 años también las hay”.



Utzon explicó al albañil que iba a construir su casa de Portopetro con terrones de azúcar en un bar. “Es verdad”, confiesa, “era la mejor forma de configurar la construcción. En mi ojo interior tenía los modelos prefijados, la casa en posición sobre la costa y el horizonte, con la expresión de los muros y ventanas, las desviaciones de luz. En Can Feliz ya no hay contrastes de luz tan grandes, hemos pensado nuevas soluciones”.


“He construido muchas casas y apartamentos en Suecia bajo una idea de organización e integración de diferentes modelos. Viviendas de distintas dimensiones para acomodar familias. He copiado estas agregaciones familiares de las zonas rurales con su sentimiento de solidaridad”, apunta.


“Estamos muy contentos de vivir aquí y en todo este tiempo sólo he hecho estas dos obras en Mallorca”, explica. “He trabajado en muchas partes del mundo y ahora mis dos hijos arquitectos controlan la oficina. En México, África, China, en colaboración con una organización de Dinamarca, construyen colegios y universidades para jóvenes para aprender a cultivar su país”. Al referirse a los nuevos arquitectos recuerda que en los años sesenta durante el proyecto de Sídney, el estudiante Rafael Moneo acudió a su oficina de Dinamarca para aprender. Utzon sólo admitía profesionales con título. “Por favor, yo pagaré, decía Moneo. Él vino adrede a verme y le acepté. Trabajaba hasta por las noches. Es muy bueno. Muchos de los nuevos arquitectos han tenido proyección y levantan grandes obras porque son artistas. No sucede siempre ni en todos los casos”.



La pregunta es automática: ¿Usted se considera un arquitecto-artista? “No, yo soy un constructor. Lo importante y definitorio en las obras son la función, el material y la situación. Los elementos y la reflexión son claves para buscar la solución final, in situ, desde la serenidad”. El peso de las miradas sobre “el solar” lo ejemplifica en la Ópera de Sídney, “con la península, en el puerto, vista de lejos, de noche, de día, da perspectivas poderosas y distintas. Yo veía una escultura, los interiores y las formas exteriores están muy meditados. Expertos han dicho que por primera vez el sol ha visto su luz focal. El mar es su horizonte. No es una escultura en bronce, es una escultura en mármol, con un millón de azulejos”, indica su autor.



lunes, 29 de diciembre de 2008

Alberto Campo Baeza. Una Vida Plena de Ideas cruza el Océano en un Sobre

El arquitecto Alberto Campo Baeza expuso en Madrid un recuento de sus obras la "exposición 7777", basado en los croquis e ideogramas que desbordan los cuadernos de apuntes.Versión ordenada y renovada de la primera "exposición 3333" organizada por la Fundación COAM de la calle Piamonte de Madrid en el otoño del 2006, cada nota desnuda el universo de intenciones y preocupaciones del arquitecto en el arduo camino del desarrollo del proyecto.Estos garabatos sencillos y geniales logran la difícil tarea de expresar las ideas con la misma elegancia que caracteriza sus escritos. En el paseo sin prisa y sin pausa, descubro una y otra vez la historia de la arquitectura en cada gesto. Puede ser la presencia del lápiz frente al papel imaginando una vivienda, pero uno percibe los templos del Egeo, la masa romana y la gravedad gótica. Y está la España mediterránea y sus gestos árabes, la síntesis de la articulación barroca y hasta una sala hipóstila egipcia. Están Le Corbusier y Mies. Aalto y Kahn. Todos aplauden. Todos se sienten comprendidos. Campo Baeza proyecta con tonos de blanco. Con manchas de blanco. Hasta la sombra es blanca. Es producto de una mente genial, volcada a la docencia mas noble que acompaña cada uno de sus actos.

(extraido de http://arquitecturamashistoria.blogspot.com/

































































sábado, 27 de diciembre de 2008

Extracto - Thinking Architecture - Peter Zumthor

Los jóvenes acuden a la universidad, quieren ser arquitectos o arquitectas, quieren averiguar si poseen las cualidades para ello.


¿Qué es lo primero que se les transmite?

Lo primero que se les ha de explicar es que no se encontrarán con ningún maestro que plantee preguntas ante las cuales él sepa de antemano la respuesta. Hacer arquitectura significa plantearse uno mismo preguntas, significa hallar, con el apoyo de los profesores, una respuesta propia mediante una serie de aproximaciones y movimientos circulares.

Una y otra vez.

La fuerza de un buen proyecto reside en nosotros mismos y en nuestra capacidad de percibir el mundo con sentimiento y razón. Un buen proyecto arquitectónico es sensorial. Un buen proyecto arquitectónico es racional.Antes de conocer siquiera la palabra arquitectura, todos nosotros ya la hemos vivido. Las raíces de nuestra comprensión de la arquitectura residen en nuestras primeras experiencias arquitectónicas: nuestra habitación, nuestra casa, nuestra calle, nuestra aldea, nuestra ciudad y nuestro paisaje son cosas que hemos experimentado antes y que después vamos comparando con los paisajes, las ciudades y las casas que se fueron añadiendo a nuestra experiencia. Las raíces de nuestro entendimiento de la arquitectura están en nuestra infancia, en nuestra juventud: residen en nuestra biografía. Los estudiantes deben aprender a trabajar conscientemente con sus vivencias personales y biográficas de la arquitectura, que son la base de sus proyectos.



Los proyectos se abordan de manera que pongan en marcha todo ese proceso. Nos preguntamos qué es lo que entonces nos gustó, nos impresionó, nos conmovió en esa casa, en esa ciudad, y por qué. Cómo estaba dispuesto el espacio, el lugar, qué aspecto tenía, qué olor había en el ambiente, cómo sonaban mis pasos, cómo resonaba mi voz, cómo sentía el suelo bajo mis pies, el picaporte en mi mano, cómo era la luz sobre las fachadas, el brillo de las paredes. ¿Era una sensación de estrechez o de amplitud, de intimidad o vastedad. Pavimentos de listones de madera cono ligeras membranas, pesadas nasas pétreas, telas suaves, granito pulido, cuero delicado, acero rudo, caoba bruñida, vidrio cristalino, asfalto blando recalentado por el sol, he aquí los materiales de los arquitectos, nuestros materiales. Los conocemos a todos ellos y, sin embargo, no los conocemos. Para proyectar, para inventar arquitecturas, debemos aprender a tratarlos de una forma consciente. Eso es un trabajo de investigación; eso es un trabajo de rememoración.








La arquitectura es siempre una materia concreta; no es abstracta, sino concreta. Un proyecto sobre el papel no es arquitectura, sino únicamente una representación más o menos defectuosa de lo que es la arquitectura, comparable con las notas musicales. La música precisa de su ejecución. La arquitectura necesita ser ejecutada. Luego surge su cuerpo, que es siempre algo sensorial.Todos los trabajos del proyecto del primer curso de arquitectura parten de la sensualidad corporal y objetual de las arquitecturas, de su materialidad. Experimentar la arquitectura de una forma concreta, es decir, tocar su cuerpo, ver, oír, oler. Los temas del curso son descubrir esas cualidades y después, saber tratar con ellas conscientemente. En todos los ejercicios se trabaja con materiales reales, se apunta siempre, y de una forma directa, a objetos concretos, cosas e instalaciones hechas de materiales reales (barro, piedra, cobre, acero, fieltro, tela, madera, yeso, ladrillo, etc.). No hay maquetas de cartón. Lo que se debe producir no son, en absoluto, "maquetas", en su sentido habitual, sino objetos concretos, trabajos plásticos a una determinada escala. Incluso el dibujo (le planos a escala debe partir siempre de un objeto concreto (aquí el orden habitual en la práctica arquitectónica –idea, plano, modelo, objeto concreto- se invierte). Primero se crean los objetos concretos y más tarde se dibujan a escala. E incluso la comprensión de las distintas dimensiones de la escala en la arquitectura se estudia en objetos concretos (por ejmplo, tomando medidas de una sección transversal o longitudinal de un trazado viario, dibujos detallados de un espacio interior existente, etc.)


Llevamos en nuestro interior imágenes de las arquitecturas que nos han ido configurando, y podemos hacer revivir estas imágenes en nuestro espíritu y hacerles preguntas, pero de todo esto no surge aún un nuevo proyecto, ninguna nueva arquitectura. Todo proyecto ansía tener imágenes nuevas, nuestras "viejas" imágenes únicamente nos pueden ayudar a encontrar las nuevas. Pensar en imágenes al proyectar algo entraña siempre pensar en la totalidad. Pues, por su naturaleza, la imagen muestra siempre la estructura total del sector de la realidad imaginada objeto de consideración, como, por ejemplo, la pared y el suelo, el techo y los materiales, la atmósfera luminosa y la tonalidad de un espacio. E incluso, igual que en el cine, vemos todos los detalles en la transición del suelo a la pared y de la pared a la ventana. Es evidente que, con frecuencia, estos elementos no están ahí al comenzar un proyecto, cuando intentamos hacernos una imagen del objeto que estamos pensando.


La mayor parte de las veces, la imagen es incompleta al comienzo del proceso del proyecto, de modo que nos esforzamos por volver a concebir y clarificar una y otra vez el tema de nuestro proyecto, a fin de que las partes que faltan encajen en nuestra imagen. O, dicho de otro modo: proyectamos. La clara y concreta perceptibilidad de las imágenes que nos representamos nos ayuda a hacerlo, a no perdernos en la esterilidad de abstractas hipótesis teóricas, a no perder el contacto con las cualidades de concreción de la arquitectura. Nos ayuda a no enamorarnos de la calidad gráfica de nuestros dibujos y a no confundirla con lo que constituye realmente una cualidad arquitectónica. Producir imágenes interiores es un proceso natural que todos nosotros conocemos. Forma parte del pensamiento. Un pensamiento asociativo, salvaje, libre, ordenado y sistemático en imágenes, imágenes arquitectónicas, espaciales, en color y sensoriales; he aquí mi definición preferida del proyectar. Me gustaría transmitir a los estudiantes que el método adecuado para proyectar es ese pensar en imágenes.



Extraido de www.arquibooks.com

Library and Learning Centre at the University of Economics & Business - Zaha Hadid


En 2004, Zaha Hadid tuvo el honor de ser la primera mujer en recibir el Premio Pritzker. Anteriormente, había obtenido la Orden del Imperio Británico por servicios a la arquitectura. Es miembro del grupo editorial de la Encyclopædia Britannica. En 2005 ganó el concurso para la construcción del Pabellón Puente de la Exposición Internacional Zaragoza 2008.


Actualmente el proyecto de la arquitecta irani Zaha Hadid ha sido seleccionado como el ganador para el concurso de la Biblioteca y Centro de Aprendizaje (LLC) en la Universidad de Economia y Negocios de Vienna. Esta Biblioteca y Centro de Enseñanza seran la pieza central del nuevo campus de la universidad, y propiciaran una mejora significativa en los servicios de la universidad. Para complementar la Bilblioteca el proyecto incluye un laboratorio de lenguas, oficinas administrativas, un centro de estudio, librerias y cafeterias. El edificio tendra 28,000 m2 de construccion y estara terminado en el año 2012


viernes, 26 de diciembre de 2008

Entrevista al Arquitectecto Frank Gehry



"Ha habido una ridícula ola de proyectos desmesurados"
En Andorra, participó en la ceremonia de los premios Carlemany, cuyos trofeos ha diseñado

El arquitecto Frank Gehry estuvo ayer en Andorra, donde participó en la ceremonia de los premios Carlemany, cuyos trofeos ha diseñado. También aprovechó la ocasión para presentar al gobierno andorrano el anteproyecto de la sede del archivo nacional, reformado para adaptarlo a su nuevo emplazamiento, junto a la farga Rossell, en La Massana, cuyas obras podrían licitarse el próximo año. Gehry es, además, uno de los finalistas para construir la sede del museo nacional, donde estaba el viejo edificio de bomberos de Andorra la Vella.

El arquitecto Frank Gehry estuvo ayer en Andorra, donde participa en la ceremonia de los premios Carlemany, cuyos trofeos ha diseñado




¿Qué puede decirme del nuevo proyecto para el archivo nacional?
Ahora mismo, nada. Todavía no se lo he presentado a las autoridades.

¿Qué novedades hay de su proyecto para la Sagrera, en Barcelona?
He ofrecido varias ruedas de prensa sobre este proyecto. Pero no puedo decirle mucho nuevo. Me lo encargó el alcalde Clos. El año pasado me presentaron a Hereu, su sucesor. Me dijo que quería empezarlo durante su mandato. Pero me tempo que, con la crisis económica, la cosa está parada.Habrá que esperar, pues.Yo ya soy mayor. No podré esperar mucho tiempo. De momento, trabajo en Abu Dabi.






En los últimos diez años, la arqutiectura ha ganado mucha popularidad.
¿Cree que ha sido una edad dorada para su disciplina?
No soy partidario de poner etiquetas. No siempre coinciden con la realidad. Admito que la arquitectura es hoy una disciplina potente. Siempre lo fue. ¡Todavía hablamos del Partenón de Atenas! O de la Ópera de Sydney. De hecho, cuando me encargaron el Guggenheim de Bilbao se refirieron a esta obra. Me dijeron: queremos un edificio que haga por Bilbao lo que hizo el de la ópera por Sydney. Dicho esto, no espere que yo le hable de épocas doradas. Lo único que pretendo, cuando me solicitan una obra, es estudiar el solar, sus posibilidades, y también la historia, la cultura e incluso la comida del lugar. Eso es lo que hice en Bilbao. Y de ahí salió el edificio.

En este período, los grandes arquitectos han construído en todos los rincones del mundo.
¿Qué ventajas e inconvenientes ha tenido eso?
Lo bueno es que hubo grandes logros, y que la arquitectura ganó respeto popular. Entre las desventajas... Verá, el talento no abunda. Algunos tienen éxito. Muchos no lo alcanzan. Los afortunados hemos podido experimentar, nos hemos podido permitir algunos excesos, y me siento muy contento por haber disfrutado de esta suerte.


El pasado verano se criticó a arquitectos de fama por trabajar en China o en otros países con limitadas libertades democráticas.
¿Qué opina?
Comparto la opinión del arzobispo Desmond Tutu [que ayer estuvo, como Gehry, en Andorra]: tiendo a creer que la gente actúa de buena voluntad. Yo he rechazado algunas propuestas de trabajo, por asuntos relacionados con derechos humanos. Pero, sobre todo, porque me dio la sensación de que no me iba a entender con el cliente, debido a diferencias culturales insuperables. Luego estan las diferencias económicas. En Canadá me invitaron a diseñar la ópera. El presupuesto disponible sólo daba para medio edificio. Me despedí. Concedieron el trabajo a otro. Y, al final, costó lo que yo había dicho. A los clientes a veces les cuesta ser realistas.


Usted ha sido el arquitecto del cambio de siglo. No se ha hablado de ningún edificio tanto como del Guggenheim.
¿Qué metas tiene ahora?
Ojalá eso que dice fuera cierto. Pero no voy a presumir. Yo me siento más cómodo en un estado de saludable inseguridad, preguntándome por qué hago lo que hago, buscando soluciones relevantes... Respecto al futuro, me gustaría enseñar a la gente joven de mi estudio lo que he aprendido.


Tras el éxito del Guggenheim de Bilbao, diversas ciudades españolas han encargado a arquitectos estrella enormes proyectos, a menudo insostenibles.
A veces se buscan efectos que no son los adecuados. Un edificio puede funcionar muy bien si tiene un programa claro, una función clara, y es necesario. Si ocurre todo eso, el edificio alegrará a la gente, será inspirador, conectará con la ciudad donde se levante, la hará mejor. Cuando esas condiciones no se han dado, hemos asistido a una ola ridícula de proyectos desmesurados, encargados a arquitectos estrella, que no logran reproducir el llamado efecto Guggenheim.Quizás eso suceda porque algunos clientes creen que les basta con encargar una obra "de marca".El marquismo se ha convertido en una parte de la cultura contemporánea, como el espectáculo. Lo cual puede producir trastornos.


Sin embargo, arquitectos como Daniel Libeskind reivindican una escultura espectacular, capaz de competir con sus rivales y ganarlos.
No lo veo así. Libeskind es un tipo listo. Pero esa idea responde a un momento particular en el que todo esto se exageró. Esas palabras no le representan adecuadamente.Ante esta deriva, empiezan a abundar los arquitectos que priorizan las necesidades del usuario y optan por proyectar sin atender mucho a las formas finales de los edificios.Es importante pensar en los usuarios y mimar los interiores. Pero no debe olvidarse que la parte exterior de un edificio es la que ve el resto de la comunidad. Sería una falta de respeto.


¿Cree que la crisis económica acabará con una época en la que el derroche, con demasiada frecuencia, se ha asociado a la arquitectura?
Yo soy optimista. No creo que la crisis vaya a acabar con todo. Todavía hay dinero en el mundo. Lo que ha fracasado es un sistema financiero basado en el egoísmo y la codicia. Debemos reconstruir la economía sobre otras bases, con mejor voluntad y más honestidad.



El año que viene cumplirá usted 80 años. ¿Cómo se ve la arquitectura desde esta altura vital y profesional?
Es una profesión hermosa, que desempeño al servicio de mis congéneres. Consiste en construir espacios inspiradores, bellos y agradables. Y debe, como todo en esta vida, adaptarse a las condiciones culturales, sociales o económicas. Espero que no se la lleve la crisis.Antes me decía usted que es optimista.Sí. Pero eso no quita que en Estados Unidos todos nos estemos apretando el cinturón. Y mucho. He perdido alrededor de un 30% de proyectos que ya tenía en marcha. Aunque, por fortuna, seguido entrando otros nuevos.
 
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